En una decisión sin precedentes, Robert Francis Prevost, de 69 años, fue elegido como el primer papa estadunidense de la historia, con el nombre de León XIV, anunció al mundo el protodiácono del Vaticano, el francés Dominique Mamberti, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
Por su discurso y modo de vida, Prevost es considerado como el anti-Donald Trump y en línea con su predecesor, Francisco (Jorge Bergoglio), sobre todo en temas como el medio ambiente y la atención hacia los pobres y los migrantes.
Su elección como nuevo jefe de la Iglesia católica fue sorpresiva, aunque su nombre ya figuraba entre los papables de posición liberal y como un candidato que podría ser un mediador entre las posiciones más tradicionales y las más reformistas.
La identidad del nuevo sucesor de Pedro fue anunciada a las 19:13 horas locales por Mamberti, quien previamente pronunció el esperado “Habemus Papam” ante una multitud cifrada en al menos 150 mil personas, que llenaron la Plaza de San Pedro luego de que a las 18:06 el humo blanco desde la chimenea en el techo de la Capilla Sixtina confirmara que había un nuevo pontífice.
“La paz sea con ustedes”, fueron las primeras palabras de un emocionado Prevost, quien poco después se unió a Mamberti en el balcón central de la basílica vaticana y agradeció al difunto Francisco.
Como el papa número 267, León XIV también llamó a construir una Iglesia misionera y abierta, que edifique puentes a través del diálogo y el encuentro con los otros, “para ser un solo pueblo, para estar en paz” .
“Este es el primer saludo del Cristo resucitado, el buen pastor que ha dado su vida por la grey de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrase en su corazón, llegando a sus familias, a todas las personas, donde quiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra”, dijo.
Insistió en que su primera oración era “por la paz en el mundo”, “la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante”.
El nombramiento de Prevost fue recibido con entusiasmo por la multitud reunida en la Plaza de San Pedro, aunque hubo un momento de desconcierto cuando fue anunciado su nombre al no figurar en la lista de los “papables”.
Miles de personas, que llegaron a la plaza cuando salió la fumata blanca de la Capilla Sixtina, se unieron a miles más que desde la mañana ya esperaban el “Habemus Papam”, la fórmula milenaria que en latín anuncia la elección del sucesor de Pedro.
Objetivo misionero
Llamó “a buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera” y “sinodal”, una que siempre esté abierta “a recibir, como en esta plaza, con las caras abiertas hacia todos aquellos que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo, de amor”.
Dijo que “todavía conservamos en nuestros oídos aquella voz débil pero siempre valiente del papa Francisco”, al tiempo que miles de personas presentes en la plaza lo aclamaban al grito de “Viva León”.
También se dijo un “agustino”, “un hijo de San Agustín” y pronunció palabras en español para agradecer a su diócesis de Chiclayo, en Perú, donde fue obispo y país con el que ha estado vinculado por 25 años desde hace cuatro décadas, obteniendo su nacionalidad y convirtiéndose en figura importante de la pastoral latinoamericana.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que León XIV presidirá hoy una misa con todos los cardenales en la Capilla Sixtina, donde tuvo lugar el Cónclave en el que fue elegido, a la cuarta votación, como el sucesor del difunto Francisco.
Anoche cenó con todos los purpurados y el domingo encabezará el tradicional rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro.
Choque con la Casa Blanca
Meses antes de ser elegido, León XIV compartió en la red social X artículos que criticaban al mandatario estadunidense y a su vicepresidente, JD Vance, sobre todo por sus políticas migratorias.
Incluso esas objeciones en contra de las acciones de Trump se remontan al primer mandato del republicano.
El 4 de septiembre de 2017, por ejemplo, compartió un mensaje que criticaba el uso por Trump del término “bad hombres” para referirse a los migrantes, un vocabulario susceptible de fomentar “el racismo”.
A mediados de 2018, el ahora papa replicó un texto del arzobispo de Chicago, Blase Cupich, en el que hacía una fuerte crítica a las separaciones familiares fomentadas por la Casa Blanca.
“No hay nada remotamente cristiano, estadunidense ni moralmente defendible en una política que separa a los niños de sus padres y los encierra en jaulas. Esto se lleva a cabo en nuestro nombre y la vergüenza recae sobre todos nosotros”.
Se espera que en los próximos días sea fijada la fecha de la misa de inicio del pontificado, en la que se prevé que pronuncie un discurso sobre su programa, usando el palio —ornamento de seda que tiene forma de una faja circular puesta sobre los hombros y de la cual penden en el pecho y espaldas dos tiras rectangulares con varias cruces—, además del anillo del pescador, que simboliza la unión con el apóstol Pedro.
Con información de Milenio