Columnas
Columna Institucional Sin Ambages Martes 9
Por:
Redacción el
8 de septiembre de 2025
Será este miércoles
Los altos mandos del Gabinete de Seguridad, encabezados por Omar García Harfuch, titular de la SSPC y Ricardo Trevilla Trejo, finalmente visitarán Culiacán este miércoles y no hoy martes como lo había anticipado la presidenta de México, Claudia Sheinbaum lo que suponemos se ajustó por hechos ocurridos de última hora, como el repentino cuanto extraño fallecimiento de un vicealmirante involucrado en la trama del huachicol fiscal –uno de los actos de corrupción más escandalosos no solo del sexenio de López Obrador sino de las últimas décadas--. De acuerdo con los informes a los que tuvimos acceso, solamente el lugar no estaba del todo definido de este encuentro pero todo apunta a que se llevará a cabo, de nuevo y como ha ocurrido en las visitas anteriores, en las instalaciones de la Base Aérea Militar. En esta reunión que será con empresarios, se busca compartirles y hacerlos partícipes de los llamados ‘corredores seguros’ además de actualizarles los datos de la incidencia delictiva. La realidad es que, hasta donde pudimos enterarnos, no hay nada extraordinario salvo darle seguimiento a canales de comunicación que han abierto con la IP, la misma por cierto que salió a manifestarse este domingo harta de la violencia. Quizás, y no lo dude, que evitaron venir este 09 de septiembre para sacarle a la presión que implica la fecha: un año en que la violencia no ha sido superada.
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¿A qué vienen?
Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum anunció desde la mañana de este lunes que este martes, justo en el aniversario de la violencia extraordinaria, estarían en Culiacán –lo que se cambió para este miércoles-- los altos mandos del Gabinete de Seguridad, la gente se empezó a hacer una pregunta: ¿A qué vienen en realidad? Es decir, solo a tomarse la foto, a dar un ‘golpe mediático’ presumiendo alguna detención o un decomiso de hace unos días, o a declarar que ‘están bajando’ los índices de delitos. Y si es a eso, pueden ahorrarse el viaje y hacerlo desde la CDMX. Qué mensaje podrán traer que ayude a calmar la ansiedad, dolor y angustia que provoca el vacío en los hogares de las víctimas mortales que ha dejado esta ‘narco guerra’, muchos de los cuales han sido niños, mujeres, jóvenes y hombres que han nada tenían que ver con los grupos en pugna. Lo que la gente quiere es una acción contundente que ponga fin a esta pesadilla.
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Un año negro
Hoy se cumple un año de aquel amanecer, estruendoso y violento, cuando una balacera ocurrida en el sector La Campiña despertó a Culiacán sumergiendo a la ciudad y su gente en una pesadilla que parece no tener fin: escenas de balaceras, persecuciones, autos incendiados, muertos y convoyes de civiles armados inundaban las redes sociales. En un principio se pensó que era un nuevo ‘Culiacanazo’ —como los del 17 de octubre de 2019 o el 05 de enero de 2023– pero no, era algo peor que nadie siquiera atinaba a imaginar sus alcances pues lo que apenas iniciaba era una ‘narco guerra’ que sigue tan vigente como hace 365 días. En medio de dolorosas cifras de alrededor de 2 mil asesinatos, casi 7 mil vehículos despojados y más de 2 mil desaparecidos, se ha marcado un año negro y perdido. Y sí, perdimos todos. Empresas cerradas, empleos cancelados, sillas vacías en hogares que lloran a quienes sin deberla les arrebataron la vida, pueblos convertidos en zonas de silencio, un ciclo escolar lesionado, corporaciones agotadas y, aunque (según) mermadas, las facciones mantienen una poderosa capacidad de fuego que siguen sembrando miedo, terror, en una sociedad que, harta, salió a protestar este domingo para exigir un ‘basta ya’. La gente de bien salió a clamar paz, a gritar, pero los grupos delictivos decidieron seguir en lo suyo, a hacer rugir sus armas. Nada los frena. Caminan impunes. El reto lo tiene el Estado Mexicano que tiene la obligación de brindar seguridad. Urge.
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Solidaridad con militares, pero…
En los últimos días se han viralizado en redes sociales imágenes de ciudadanos y pequeñas empresas que, particularmente en Culiacán, están ofreciendo a elementos del Ejército Mexicano todo tipo de comida: tacos, burritos, tortas, hot dogs, hamburguesas, así como bebidas y en fin, un admirable gesto solidario hacia aquellos hombres y mujeres que están poniendo su vida en la primera línea de fuego contra grupos delictivos. Es de aplaudirse esta actitud de empatía con quienes están dando hasta la vida por hacer que retorne la tranquilidad a la capital de Sinaloa. Sin embargo, como en todo, hay otra cara de la moneda que habría que poner sobre la mesa. Es extremadamente extraño que las fuerzas armadas acepten, por la disciplina en que están formados, apoyos de la gente máxime cuando se abren posibilidades de potenciales riesgos a su salud porque, la perversidad tampoco pestañea. La otra arista es que al aceptar estos solidarios gestos —con todo y que quede consignado en medios públicos— puede que sea una silenciosa protesta por las condiciones en que están trabajando en un territorio hostil como se ha convertido Sinaloa, con largas y extenuantes jornadas, sin descansos ni alimentos óptimos. Ojalá solo seamos nosotros unos mal pensados.
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